No hace falta una mente brillante para darse cuenta
que vivimos en un mundo donde lo superfluo, la apariencias y el
beneficio rápido son los claros protagonistas. También es cierto que lo
que realmente afecta al medio ambiente y la salubridad es algo que no
sale a la luz con demasiada frecuencia, a no ser que nos pille cerquita.
La industria textil tiene mucho de que avergonzarse. Mientras te
venden un mundo de glamour, sofisticación y estatus, barren debajo de la
alfombra el lado más oscuro que no quieren que veas.
China es el núcleo neurálgico de la mayoría de las compañías
fabricantes de ropa. Así a primera vista todo bien (sobre todo para
China y las propias empresas claro está), pero cuando se empieza a
rascar la superficie nos encontramos con que el coste de esta industria
en el medio ambiente es devastador.
La ONG líder en China, Institute of
Public and Environmental Affairs , asegura que la mayoría de las
empresas textiles con presencia en este país están vertiendo sin ningún
tipo de miramientos los desechos químicos del teñido de las telas. Lo
peor es que salen impunes debido a la poca regulación y sobre todo las
pocas o cero consecuencias a las que se enfrentan por hacerlo. Desde el
2006 ha habido más de 6000 violaciones a la ley. La industria genera 2.5
billones de toneladas de agua contaminada que es arrojada a ríos, lagos
y océanos conteniendo componentes cancerígenos que acaban siendo
consumidos por personas y animales. Con estos estudios se intenta
mostrar al mundo el estrago que estas empresas de ropa (que dictan lo
que la gente lleva puesto en todo el mundo) está haciendo en China.
En China hay más de 300 millones de personas que no tienen acceso a
agua potable y el 40% del agua está contaminada y de la potable el 20%
también lo está. Como veis es un panorama desolador. La avaricia de
estas multinacionales poniendo en riesgo la vida de millones de personas
y de la sostenibilidad del planeta es apabullante.
En Indonesia, Greenpeace descubrió
recientemente a una empresa vertiendo deshechos en el suministro de agua
potable con PH14, un químico similar al cloro y otros productos
contaminantes que provocan la alteración de las hormonas. Esto es solo
las orejas del lobo. Estas empresas están vertiendo a los ríos y océanos
como si fuera su alcantarilla particular.
Según Greenpeace, dos tercios de la
ropa testada contiene productos tóxicos, cuando lavamos esas prendas
estamos sin saberlo contaminando también nuestros ríos y océanos, ya nos
queda más cerquita.
El panorama se presenta más
oscuro que el futuro político de Camps, sin embargo se ha creado una
campaña llamada DETOX apoyada por activistas, diseñadores, modelos,
bloggers y fashionistas mandando el mensaje de que la moda no debe
acabar con La Tierra. Empresas como Zara, Levi´s o Victoria´s Secret han
sido el objetivo de estos activistas y parece ser que están tomando
medidas al respecto. El plan es evitar el uso de estos productos
químicos tan devastadores y sustituirlos por otros que sean inocuos. Sin
embargo otras grandes empresas con NIKE, ADIDAS, GAP, Calvin Klein o
Abercrombie and Fitch no han tomado medidas sobre el asunto demostrando
así el poco interés que tienen por mejorar la situación y es que la pela
es la pela.
Si os quereis unir a este movimiento podeis firmar el manifiesto de GREENPEACE en este link: http://www.greenpeace.org/international/en/campaigns/toxics/water/detox/Detox-Fashion-Manifesto/
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